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El informe mensual del Instituto Plan Agropecuario (IPA), establece que “hubo un período de lluvias escasas en abril, lo que afectó la disponibilidad de pasto de los campos naturales, fundamentalmente en el Este”. En general, al término del informe, indica que “la disponibilidad de forraje es mayor al habitual para este período, aunque se observa que está comenzando a disminuir su calidad y volumen, hecho normal para la época”. Durante otoño, los tapices naturales tuvieron alta disponibilidad de forraje en términos generales. “Este hecho, deriva fundamentalmente de las excepcionales tasas de crecimiento de las pasturas de enero y febrero. Al inicio del otoño, una serie de establecimientos monitoreados por la Regional Litoral Norte del Plan Agropecuario en el marco del FPTA 345 “De pasto a carne”, mostraron en promedio una altura de pasto de 6,6 centímetros, un 95% más de pasto disponible comparado con la mismo período del año 2018 con los efectos de la sequía anterior (3,4 centímetros). Esta disponibilidad de pasto de otoño, permitió no sólo cumplir con los objetivos de producción estacionales sino también generar una reserva de forraje en pie para utilizar durante el próximo invierno. No obstante lo anterior, en forma puntual en algunos predios ubicados sobre todo en Basalto superficial, la disponibilidad de forraje al ingresar al invierno podría ser insuficiente para cubrir los requerimientos de los animales. Decisiones de manejo (dotación, momentos de ventas, por ejemplo) son las que fundamentalmente estarían explicando la situación antes referida.

Fuente: Diario EL Telégrafo